viernes, 17 de junio de 2011

PERFUMANDO PARÍS

Diego López Cervantes.
Taller de apreciación y crítica VI.
6° semestre.

Para el año de 1985 se publicó por primera vez del autor alemán Patrick Süskind la novela, “El Perfume”. Cabe mencionar que era su primera publicación y logró de inmediato posicionarse como best-seller, posteriormente se tradujo a más de veinte idiomas y finalmente hace algunos años, fue llevada a la pantalla grande.
            Acontece en la Francia del siglo XVIII y nos narra la historia de un hombre en realidad peculiar, Jean-Baptiste Grenouille. Nace entre la putrefacción del mercado de pescado en el pleno corazón de París bajo el puesto de su madre, la intención de ella en realidad era dejarlo morir y luego tirarlo con los desperdicios del día pero, su suerte cambió cuando la gente se percató del llanto del infante que yacía entre las entrañas y cabezas de pescado, la mujer fue juzgada y decapitada por infanticidio.
Jean-Baptiste fue enviado con Madame Gaillard a una casa de hospedaje para huérfanos donde creció sin hablar hasta muy entrada su infancia. Odiado por los otros huérfanos descubría el mundo a través del olfato; las palabras sólo tenían sentido para él si nombraban objetos con olor, poseía un don, un olfato extraordinariamente desarrollado con el cual podía a varios metros de distancia oler si a caso un carruaje se acercaba, o atravesar el pelaje de una rata muerta con su olfato hasta llegar a las entrañas de la misma, se divertía haciendo combinaciones de olores diversos poniendo hojas, palos y cáscaras de fruta que luego olía al mismo tiempo combinándolos en un sólo aroma.
 Nunca nadie lo adoptó, así que fue vendido para trabajos pesados curtiendo pieles todo el día. Cuando fue un hombre seguía siendo retraído y casi no hablaba, su aspecto era descuidado, delgado y sucio, pero en realidad eso no le importaba, se limitaba a oler todo lo que pasaba frente a él y pronto los olores de diario le eran insuficientes, ya los conocía todos y necesitaba más, tenía hambre de olor.
Un buen día fue solicitado para ir a la capital de Francia a entregar unas pieles a un perfumista con  buena fama, pero ya pasada, el viejo Giuseppe Baldini; quien estaba en ese momento encargado de una creación reciente, un perfume que debía imitar  pero del cual desconocía los componentes de su formula para igualar el olor.
Cual fue su sorpresa que la nariz prodigiosa de Jean-Baptiste Grenouille le ayudó en la creación de la imitación, y sin necesidad de medición para igualar el perfume, luego con la capacidad que el joven tenía y utilizando algunas otras onzas de aceites puros, mejoró y superó el perfume a imitar. Fue aquí donde Giuseppe Baldini vio su mina de oro  decidiendo comprarlo a su amo, el curtidor de pieles Grimal.
Con su nuevo amo Grenouille aprendió nuevas técnicas para extraer la esencia  y fabricar onzas de aceite puro para poder mezclar, hacer perfumes nuevos y excitantes.
 Dejó a Giuseppe para emprender su viaje a Grasse, la cuidad del perfume y demostrar allá su maravilloso talento con una creación en la que trabajó por arduo tiempo, un perfume único. Consistía en el olor personal no de cosas ni de flores, era el olor de personas, específicamente mujeres jóvenes y bellas las cuales mataba para luego destilar su aroma. Se convirtió en un asesino obsesionado con crear la belleza sublime hecha perfume.
Transcurre el libro atrapando completamente al lector con su descripción detallada, con una lectura y un lenguaje fácil de digerir, sin duda, traslada al contexto de una Francia tristemente decadente y a la vez bella por el mismo retrato de su época.
 La novela se compone de cuatro partes en total, de las cuales, tres son ampliamente desarrolladas captando la atención del lector por la curiosidad de saber qué hará dentro de su demencia obsesiva por el olor  Jean-Baptiste.
Sólo uno de estos apartados puede caer de la gracia del lector, haciendo perdidiza la historia por el abandono que sufre por sí mismo el protagonista, aún así no deja de ser llamativa y atractiva hasta el final. Un desarrollo adecuado de la obra para un escritor que debuta en el arte de la palabra escrita, si bien esa parte despegada de la historia puede llegar a ser monótona, le aporta un sentido vivencial al personaje y le da un toque de locura a la trama.
  Süskind crea unas insuperables descripciones del ambiente, la época y los lugares por los que pasa Grenouille, a base sobre todo de los olores, implantando una  conexión del lector con el protagonista, al tener en común la visión de la vida, de un modo tal que el olfato es repentinamente el sentido más importante del ser humano.
 Un punto a destacar es que Süskind explica el posterior paradero de todos los personajes que se van encontrado con Grenouille, como una especie de intermedio, a veces propone destinos muy crueles para todos aquellos que, influenciados por los acontecimientos, actúan de una manera o de otra contra él.
             El final es lo más conseguido de la historia, brillante e inesperado.
 Así que siendo esta mi modesta opinión sobre un libro que ha vendido millones de copias y recomendado por muchas personas, me temo que debo remitirles a su lectura para que se forjen su propia opinión.
     

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